Laura Soler Azorin

Nombre Apellido: Laura Soler Azorín

Pais: España

Ciudad: Alicante

Nacionalidad: Española

Formación: Estudios universitarios

Sector: Educación

Puesto: Docente

Empresa + Web: Facultad de Educación (Universidad de Alicante) https://educacio.ua.es/


Licenciada y doctora en Filología Hispánica por la Universidad de Alicante. Representando a mi Facultad fui elegida miembro del Consejo de Gobierno y del Claustro. Fui Presidenta de APDUA, Concejala socialista en el Ayuntamiento de Alicante en la legislatura desde el año 2007 hasta el año 2011. He trabajado en la oficina de Proyectos Internacionales de la Universidad de Alicante lo que me ha llevado a impartir cursos contando mi experiencia en universidades africanas como Kenitra (Marruecos) y Alejandría (Egipto), entre otras. Actualmente soy profesora de la Facultad de Educación en la UA.


Soy una persona soñadora, a quien la silla de ruedas no ha supuesto una barrera sino más bien lo contrario. Estuve en un grupo scout desde los 7 hasta los 14 años de manera totalmente normalizada.


Me encanta leer, escuchar música y viajar y lo más importante disfrutar con mi familia y amigos, pues para mí lo bonito de la vida es poder compartir momentos. Una afición curiosa que tengo es ver telenovelas latinoamericanas, como se refleja en mi blog “latelenovelaescosaseria.blogspot.com“ que además me llevó a realizar mi Tesis Doctoral sobre el tema llamada “Teoría y crítica de la telenovela latinoamericana”


Durante mi carrera universitaria pude realizar una estancia Erasmus de un año durante el curso 2005-2006 en la universidad “Paul Verlaine” de Metz que fue una experiencia fundamental en mi vida.Acabo de volver de una estancia de seis semanas en las universidades chilenas de Magallanes y de Viña del Mar como profesora visitante.



Las razones que me han llevado a desarrollar mi carrera profesional como docente en la Facultad de Educación ha sido luchar porque las personas con discapacidad logren el mismo estatus que, de acuerdo con su formación, les corresponda.

La oportunidad que me da formar a los futuros maestros como docente en la Facultad de Educación hace que pueda normalizar la discapacidad motora y hacer hincapié en el concepto de inclusión plena.


Además, el hecho de estar de docente en la Universidad me permite tener una plataforma para poder trasladar el mensaje de igualdad de oportunidades a otras latitudes. Y además me permite investigar en el ámbito de la educación superior, el género y la discapacidad. Un género poco explorado todavía


Si tengo que pensar en las amenazas que me acompañan día a día, puedo nombrar la competitividad existente en la carrera docente en la que todavía no existe un cupo reservado para las personas con discapacidad motora, motivo que complica el acceso y progreso en este ámbito laboral.



Si tengo que describir las competencias que poseo, puedo afirmar que tengo facilidad para aprender y que me adapto con facilidad a los cambios. Cuando es necesario me gusta hacer equipo cuando trabajo y justo por ese motivo, escucho y pongo atención a los problemas que tienen otras personas. No tengo ningún apuro a la hora de pedir un consejo y, del mismo modo, soy capaz de utilizar mi propia experiencia para dar consejos a otras. No tengo ningún problema a la hora de gestionar todas mis actividades, tanto en el trabajo como en mi vida privada.


Me considero una persona perseverante, optimista por naturaleza y con grande dotes de empatía hacia terceras personas. Soy crítica conmigo misma y con la sociedad que nos ha tocado vivir, pero tengo una gran confianza en las personas que me rodean. A la hora de definirme como profesional, soy una persona activa y creativa, a quien le gusta innovar y que sabe ser práctica ante las situaciones que me prepara el día a día.



Si tengo que dar consejos a otras mujeres con discapacidad que quieran desarrollarse profesionalmente superando las barreras de su propia discapacidad les diría que crean en sí mismas y en lo que quieren realizar; que perseveren y no desfallezcan en el camino porque como me gusta repetir “la única lucha que se pierde es la que se abandona”. Mis tres palabras mágicas son: trabajo, perseverancia y formación.


En mi caso, a la hora de buscar inspiración, la he tenido que buscar en mis padres y en una amiga más mayor que yo, catedrática de instituto que va en silla de ruedas.