Maite Sorolla

Nombre Apellido: Maite Sorolla

Pais: Spain

Ciudad: Viena (Austria)

Nacionalidad: Spanish

Formación: University

Sector: Services and Education

Puesto: Freelance Translator and Interpreter


 


Soy intérprete de conferencias y traductora freelance. Elegí esta profesión porque siempre he sentido curiosidad por conocer otros lugares y otras culturas. En realidad, lo que de verdad me hubiera gustado estudiar era filología clásica y antropología. La segunda carrera la he podido estudiar compaginándolo con el trabajo, la primera todavía la tengo pendiente.

A los 18 años obtuve una beca de la ONCE para estudiar en Estados Unidos durante un año escolar. Después de aquella experiencia, solicité otra beca para estudiar en el extranjero. Me marché a Eslovaquia donde permanecí 6 años y donde estudié la carrera de Traducción e Interpretación. Me licencié justo el año en que este país entraba en la UE, así que aproveché la posibilidad y me presenté a las pruebas de acreditación para trabajar como intérprete de inglés, francés y eslovaco en Bruselas. Aprobé el examen y más tarde me presenté a unas oposiciones para consolidar la plaza. Con el tiempo pude añadir el checo y el alemán a mis idiomas de trabajo.

He estado viviendo en Bruselas 8 años. En 2012, tras el nacimiento de mi primera hija, me mudé a Viena donde llevo casi 5 años trabajando como autónoma tanto para el mercado privado, como para Organizaciones Internacionales, sobre todo para la sede de Naciones Unidas en esta ciudad. También doy clases de interpretación consecutiva, simultánea y de conferencias en la Universidad de Viena.

De momento tengo planeado seguir viviendo en Viena todavía un poco más de tiempo, ya que esta ciudad tiene una gran calidad de vida, especialmente para familias con niños pequeños.

Me gustaría hacer un Doctorado y estudiar filología clásica, aunque creo que tendré que esperar a que mis hijas sean algo más mayores.

En primer lugar, soy consciente de que si no hubiera contado con la ayuda económica que en su momento me proporcionó la ONCE, no habría sido capaz de estudiar en el extranjero. Y por lo tanto, mi carrera profesional habría tenido que ser otra.

Aunque cuando era más joven creía que, muchos de los obstáculos con los que me encontraba se debían a mi discapacidad, con el tiempo me he ido dando cuenta que, ser mujer sigue siendo el mayor factor de discriminación a la hora de poder crecer profesionalmente. Cuando tenía 24 años estuve viviendo cinco meses en Nueva Delhi y comprobé que los riesgos para la seguridad de una mujer no acompañada por un hombre te llevan a ser más prudente, y por lo tanto aprendes a no tomar decisiones que puedan acarrear riesgos. Ahora que tengo dos hijas pequeñas no se espera de mí que desarrolle una carrera profesional, sino que me dedique a ellas por completo. Tampoco se esperaba de mí que fuera madre por tener una discapacidad; incluso ahora que lo soy, hay quien piensa que es mi pareja quien se ocupa de todo, ya que yo no he dejado de trabajar.

Como ya he mencionado, el factor económico ha sido muy importante para poder desarrollar mi carrera profesional.

En cuanto a mi familia, he de decir que lo que más me ayudó fue que me dejasen hacer, que no me sobreprotegieran. A veces hubiese agradecido un poco de interés por parte de mis padres, pero me tuvieron siendo mayores y ya no les quedaban energías, así que me tuve que apañar sola. Con el tiempo lo he ido valorando; esto lo he aprendido tras equivocarme tantas veces.

He tenido la suerte de conocer personas que me han orientado. En mi adolescencia y durante mis estudios universitarios hubo personas que me apoyaron y me animaron a seguir adelante. Les estoy muy agradecida.

La poca experiencia que tengo en mentoring, coaching o jobshadowing ha sido dando clases a futuros intérpretes en la Universidad. Aparte de hacer ejercicios prácticos, suelo hablarles de la profesión ya que es algo que les interesa bastante al encontrarse en los últimos cursos.

Las razones principales por las cuales elegí mi profesión de traductora e intérprete fueron la curiosidad, en general y en particular, por conocer otras culturas además de tener interés por el estudio tanto de otros idiomas como de mi lengua materna.

Al tratarse de una profesión multidisciplinar, es posible responder a las necesidades del mercado. El perfil de una persona con conocimiento de idiomas se puede ir adaptando en función de la oferta y la demanda, aunque para ello sea necesario realizar constantemente estudios de mercado e intentar estar al día.

La mayor amenaza, o riesgo en esta profesión, es la precariedad que afecta a todos los ámbitos laborales. Las empresas, o las organizaciones internacionales intentan recortar gastos, y a veces no entienden la necesidad de contar con buenos profesionales lingüísticos. Por otra parte, quienes nos dedicamos a ofrecer estos servicios, no contamos con formación en marketing o en gestión empresarial, por lo que a veces es difícil convencer a un cliente potencial del beneficio de contratar un buen servicio, o el porqué del coste del mismo.

Procuro ser realista con el resultado de mi trabajo e intento sacar conclusiones que me sirvan para mejorar en proyectos futuros. De entre las cualidades que se mencionan (Activa, Ambiciosa, Persistente,Optimista, Creativa… entre otras) hay algunas que he ido desarrollando con el tiempo, como la organización, el análisis y la constancia. Aunque me gusta trabajar independientemente y prefiero hacerlo sin tener que ponerme de acuerdo con otras personas, he ido desarrollando la capacidad de trabajar en equipo y de comunicarme eficazmente con terceras personas. Además, no dudo en solicitar consejo cuando lo considero necesario

En cualquier caso, me gusta poder tomarme tiempo para analizar una situación y así tomar una decisión adecuada. Me he dado cuenta de que en el momento en que hay que actuar con rapidez, también ayuda ser capaz de calcular el tiempo con el que se cuenta y saber usarlo bien para no precipitarse. Es verdad que me adapto con facilidad a los cambios y que para mí es muy importante desarrollarme personalmente a través de mi trabajo.

En mi adolescencia, cuando estudiaba en el Instituto, tuve un par de profesores con los que pude contar siempre para tomar decisiones sobre mis estudios.

Durante mis estudios universitarios tuve una profesora de interpretación a la que admiraba mucho y que me orientó a la hora de presentarme a los exámenes de acreditación en Bruselas. Ya en Bruselas fuimos colegas y siempre ha sido un ejemplo de profesional para mí.

Mientras estudiaba, trabajé un par de meses en una consultora de servicios laborales para personas con discapacidad. Allí tuve una jefa de la que también aprendí mucho por sus excelentes cualidades, como profesional y como persona.

¿Qué consejos podría darte? Pues, sé realista. Cuando diseñes un proyecto profesional, piensa en cuáles son tus cartas. Sé crítica contigo misma pero sin llegar a desmotivarte.

Ten un plan B, un plan C y un plan D, y aún así piensa que por mucho que lo planees todo, las cosas pueden cambiar de un día a otro.

Sé consciente de que tienes una doble discriminación, porque eres mujer y porque además tienes una discapacidad, pero actúa como si no existieran. Si te proponen un proyecto para el que estás cualificada, adelante con él. Nadie se atreve a decirte que no si luego llegas en silla de ruedas, o se dan cuenta de que no ves bien, o eres ciega, o lo que sea. Si ofreces resultados te vuelven a llamar. A la gente le encanta sentirse bien y creer que está haciendo una buena obra porque te ha contratado. Eso sí, cobra lo mismo que cobraría un hombre sin discapacidad con la misma cualificación. Este consejo me lo dio un colega (sin discapacidad).

Para alcanzar tus retos solo te digo una cosa más: Quiérete mucho y cuídate mucho. Ya se encargarán los demás de tirarte mierda encima. Júntate con quien te aporte y te ayude y, cuando llegues a casa por la noche, recuerda que mereces que te quieran, aunque te hayas equivocado. Te va a hacer más falta que el comer.