Kelly Arrontes

Nombre Apellido: Kelly Arrontes

Pais: España

Ciudad: Barcelona

Nacionalidad: Española

Formación: Universidad

Sector: Cultura (Arte) & Deporte

Puesto: Fundadora


Nací con miopía magna y, tras una serie de desafortunados accidentes, ingresé en la ONCE en 2014. Pese a ello, me licencié con honores en la Universidad de Bellas Artes de Sant Jordi, Barcelona, siendo la primera de mi promoción.

He expuesto en varias salas y Museos nacionales como Valladolid, Salamanca, Barcelona, Madrid... y tengo presencia internacional en Nueva York, Londres, Bogotá, Copenhague... gracias a exposiciones individuales, colectivas y a Ferias de Arte.


Cuando fui consciente de que los productos asociados al oleo dañaban mis ojos abandoné esta técnica. Desde entonces me dediqué a investigar la increíble versatilidad de la pintura acrílica, así como sus múltiples mezclas con barnices y otros elementos. Gracias a ello he generado un estilo propio para mis abstractos y como fondo de mis retratos. Y todavía sigo investigando.

Como pintora artística creo haber demostrado que la pintura es un arma poderosa para los ciegos, baja visión y los discapacitados en general. Es una manera de hacernos presentes en el mundo, ser “vistos” y tenidos en cuenta. Intervenir en la sociedad mostrando mis habilidades, mi manera particular de “ver” y contar cómo son las cosas o cómo nos parecen a nosotros. No es una tarea menor. Es una manera de crecer y de hacernos más humanos.

No trato de ser mejor que otros, trato de ser “DIFERENTE”. Y esa diferencia la llevo intrínseca en mi persona, ya que soy, hasta donde sé, la única pintora retratista profesional legalmente ciega. Esto es lo que marca la diferencia, tanto en mí como en mi obra; porque esto es lo que hace de mi obra una OBRA única, exclusiva y diferente. Y con la que le digo al mundo: “si yo puedo... tú puedes”

Desde niña tuve un sueño; el sueño de ser artista y ganarme la vida con ello. Tras no pocos contratiempos acabé Bellas Artes y logré mi sueño; y es que nunca ocurre nada si no hay un sueño primero. Luego se sumaron más contratiempos y el sueño se rompió durante más de diez años, pero la vida es así, haces planes y alguien o algo te los rompe. Sin embargo yo no me rendí. No voy a decir que fuera fácil pero en el 2014 volví a retomar mi actividad profesional y, a pesar de ser ya legalmente ciega, en 2015 impulsé mi empresa “ARRONTES - Arts”.


La mayor motivación que me mueve es la de reivindicar un hecho: el hecho de que LA DISCAPACIDAD NO DISCAPACITA, al menos no en todo. Siento que ahora empiezan a encajar piezas que parecían imposibles. Aún falta mucho por hacer, pero me creo capaz de llevarlo adelante mientras mantenga esta ilusión que ahora poseo. Siempre sabiendo que el hecho de que un profesional, artista o no, tenga en su haber algún tipo de discapacidad ni revaloriza ni disminuye el resultado final de su trabajo. Independientemente de cuantas estrategias hayas tenido que adoptar para superarlo y/o superarte.

El camino no ha sido fácil. Me he enfrentado con dos amenazas importantes; por una parte, mi condición de mujer en un mundo donde históricamente parece que sólo los hombres han de destacar y, por otro lado, mi baja visión que condiciona mi forma de pintar y hace que lo que hago sea mucho más difícil.

El camino no ha sido fácil. Me he enfrentado con dos amenazas importantes; por una parte, mi condición de mujer en un mundo donde históricamente parece que sólo los hombres han de destacar y, por otro lado, mi baja visión que condiciona mi forma de pintar y hace que lo que hago sea mucho más difícil.


El entorno del arte es muy complejo. Por un lado hay que saber gestionar sus canales de exposición, la oferta, comunicación, representación y ventas. Además, existe una demanda muy desigual que refleja el cambio en gustos y formas de vida de las nuevas generaciones.

Sin embargo, lo que en principio fue una amenaza, el hecho de tener tan baja visión, lo asumí y lo convertí en una oportunidad, marcando con ello una diferenciación y una marca propia en un mercado difícil y altamente competitivo. Sé que nunca podré controlar la dirección del viento, por eso procuro situar las velas a mi favor. Eso sí puedo hacerlo.

Con el paso de los años y viendo mi vida con una cierta perspectiva puedo decir que soy una persona que se adapta con facilidad a los cambios y que me levanto cuando caigo. Soy capaz de utilizar mi propia experiencia para dar consejos a otras personas y de solicitarlo cuando lo necesito. Escucho y pongo atención a los problemas de los demás y, cuando es necesario, me gusta mediar para que todo el mundo termine satisfecho.


Si hablo de mi vida profesional… me gusta trabajar en equipo y motivar a las personas con las que colaboro. Creo que es importante tener objetivos y siempre me planteo alcanzar las metas que me marco. Para mí es importante desarrollarme personalmente a través de mi trabajo.


De entre las cualidades que creo poseo, me gusta definirme como una persona espontánea e impaciente. Por supuesto, me define mi creatividad, mi curiosidad innovadora y el hecho de ser capaz de arriesgarme en la vida. Soy por naturaleza optimista y no estaría donde estoy ahora si no fuera también persistente y ambiciosa.

“Sabes que tendrás que trabajar más porque siempre lo has hecho, pero la vida te ha enseñado a luchar mejor que las personas que se consideran “normales”, por eso la rendición no debe formar parte de tu diccionario”.


Hay que tener bien claro que la discapacidad no nos discapacita. No para todo. Como bien dijo Idris Elba, la vida no consiste en detenerse ante la tormenta, sino en aprender a vivir bajo la lluvia. Y que nuestras mayores limitaciones vienen de otras personas y de nosotras mismas cuando hacemos caso a los demás. Las limitaciones nos las ponemos nosotras por dar crédito a los que obstaculizan nuestro camino y nos discriminan por ser diferentes... por ejemplo, si tu talento es el Arte, disfruta transmitiendo tus emociones a los demás a través del Arte. Proyecta tu arte independientemente de lo que piensen otras personas. Éste sería mi mejor consejo. ¡Ah! Y... ¡DISFRUTA!

Si emprender cuesta mucho, cuando se trata de un emprendimiento inclusivo las barreras no vienen sólo de la discapacidad sea cual sea, sino del sistema: sociedad, leyes, hacienda... Por este motivo, hay algunos aspectos que se tendrían que desarrollar como por ejemplo, cambiar las leyes referentes a los trabajadores con discapacidad. Las minúsculas pensiones de la gente con discapacidad nos impiden tomar la iniciativa de crear empresas donde cotizar y desarrollarnos libremente. Las pensiones lejos de beneficiar a las personas con discapacidad son, frecuentemente, una barrera al desarrollo. El miedo a perderla les condena a la mediocridad, a no avanzar en su inclusión social y profesional; porque la ley les impide tener más ingresos a riesgo de perder su pensión. Pensión que, por lo general, no alcanza para vivir y cuidar su salud. Se debería permitir tener ingresos extras sin límites, sujetos a cumplir con la fiscalidad. De esta forma se aumentaría la contribución a los fondos sociales de todo un nuevo colectivo. Un gran colectivo, por otra parte.


Sigue pendiente el superar, en el emprendimiento inclusivo, los vacios legales y la indiferencia de instituciones y políticos para que los subsanen. Además, en mi sector, los emergentes retos de los compradores de arte, la competencia y la interculturalidad… Las preferencias de inversión de los usuarios y coleccionistas de arte…


Si tengo que pensar en las personas que me han motivado o inspirado para montar mi negocio, tengo que hablar de personas como Lita Cabellut que como mujer empezó desde bajo cero y que según Art-price ha conseguido llegar a ser la primera mujer artista más cotizada en 2016. Al igual que ella muchas otras personas no menos notables, como mi madre, una gran artista que vivió y se desarrolló en la sombra debido al momento histórico social que le tocó vivir y a quien debo mis comienzos y a quien, desde su muerte, he querido honrar con mi nombre ya que sin ella no habría escogido este camino. Myrtha Casanova, Presidenta de Artistas Diversos, que ha sido y sigue siendo a día de hoy un ejemplo para mí. En concreto tanto Myrtha como su Asociación constituyen mi mayor fuente de proyección. Algo importantísimo en este sector.

Y repito, porque considero que es importante, el hecho de que un profesional, artista o no, tenga en su haber algún tipo de discapacidad ni revaloriza ni disminuye el resultado final de su trabajo. Independientemente de cuantas estrategias hayas tenido que adoptar para superarlo y/o superarte.